La Lluvia de Hojas nos trae un viaje al pasado. No a cualquier pasado como si se tratara de una máquina del tiempo de uso común. Sino al pasado de quien escribe. El hallazgo casual de unos papeles, en medio de un inventario de vida, conforma el detonante de estas publicaciones.
En un primer texto viene una reflexión sobre Los hallazgos y la memoria. Cómo el simple hecho de reencontrar papeles extraviados en el tiempo y en el espacio, hace recuperar espacios perdidos de nuestra vida.
Luego, Encontrarse en lo que cree espejo, un relato casi oloroso a moho, proveniente de Un largo olor a muerto, libro de una treintena de años bien cumplidos, trae el destello de una figura breve, de alguien que se mira en un espejo.
Los Poemas de un libro olvidado constituyen el complemento de la reflexión primera, el anexo que la origina, su punto de partida, los papeles reencontrados. Son textos de juventud. Poemas que creía desaparecidos de la faz de la tierra y habitantes ya de la gran memoria universal, pero que repentinamente encontré en el sitio menos esperado y regresaron oportunamente a su vida de papel. Son poemas con mucho de narración breve. Cada uno de ellos constituye una fotografía que se describe a sí misma en la soledad. Reflejo de un reflejo. Palabra del silencioso discurso de la imagen. Que el lector los juzgue con clemencia y severidad.
Espero que esta Lluvia le sea de provecho, como me ha sido a mí.
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