Esta pequeña obra rinde homenaje, de forma algo obtusa,
a mi pasión por las aves, esos dinosaurios contemporáneos cuyo canto, colorido
y presencia estimulan la vida.
He publicado varios libros de divulgación científica y
buscando una de las crónicas aparecidas en ellos advertí que había hablado
pocas veces de ellas y apenas una de los gatos, estos últimos los seres que más
amo del mundo natural.
De inmediato, he tratado de poner remedio a este doble
descuido, reuniendo en un pequeño libro varios de los textos inéditos que tengo
sobre miembros de la sociedad emplumada, elaborados a partir de datos curiosos
que he obtenido sobre ellos. El de los gatos vendrá luego.
Resido en un lugar de Venezuela donde, cada vez que me
asomo a una ventana o al balcón, en un minuto veo pasar una o varias aves.
Ellas dejan en mis retinas colores y tonalidades de tanta o mayor belleza que
cualquier exhibición de museo. Ahora que lo pienso, sin duda mayor, porque son
obras de arte vivientes.
No soy ornitólogo y ni siquiera biólogo. Sólo alguien
que aprendió a poner una palabra tras otra para mostrar sus pasiones de la
forma más amena, sencilla y breve posible.
Ojalá estas páginas logren que lectoras y lectores se
enamoren tanto como yo de los amigos voladores.
A.J.S.
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