Solo el silencio
habla
con poderosa voz
de insondable belleza.
Es
el suspiro de la nada
la respiración de los espacios
vacíos
habitados por ocultas sombras,
posibilidades inmanifestadas.
Ante ese sobrecogedor sonido
que se viste
con las galas más vistosas
de la ausencia,
inaudible
para los oídos necios,
la palabra calla.
Solo instantes,
porque inflamada por la esencia
de su magnética plenitud
lanza sus rupturas
de velo nocturno
crepitando al viento,
sus gritos
de ave migratoria en viaje
programado e incierto,
sus llamadas
de animal en celo
ante la obligante premura
de la fecundación.
Pero un soplo es la palabra
ante el silencio aplastante
del vacío universo.
Ante la contundencia
de tu mirada.
Ante el paso seguro e incierto
de la hormiga.
La palabra
es
aspiración
del silencio.
Que no responderá
mi razón
Me seguiré haciendo preguntas
Que mis sentimientos
no develarán
Me seguiré haciendo preguntas
Que sólo
contestará
el silencio
De El paso de la serpiente
que es el silencio
Gotas insonoras
caen despacio
y se cuelan en mi sensibilidad
para captar lo grande y lo pequeño
o lo pequeño y lo grande
sin distingo
Puedo escuchar el trote
desordenado de las hormigas
Las motas de polvo
que caen en el agua
Los sorbos de la araña
Cuando bebe a su presa
Pero también
el suave abrir y cerrar
de unos ojos enamorados
Un sonoro beso en la distancia
Dos corazones
que laten con premura
al unísono
en la sinfonía del amor
De En el inicio de la vida
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