jueves, 25 de enero de 2018

SEIS CUENTOS JAPONESES




Junichiro Tanizaki (Chūō, Tokio, 24 de julio de 1886 – Yugawara, Prefectura de Kanagawa, 30 de julio de 1965). Escritor japonés, considerado uno de los principales narradores de su país. Entre sus obras más conocidas figuran las novelas Tatuaje (también traducida como El tatuador, 1910); Hay quien prefiere las ortigas (1929) y La llave (1956), así como su muy recomendable ensayo El elogio de la sombra (1933).
Yukio Mishima (Tokio, 14 de enero de 1925 – Tokio, 25 de noviembre de 1970). Pseudónimo del escritor japonés Kimitake Hiraoka, considerado uno de los principales autores de su país en el siglo XX. Varias de sus novelas son de lectura imprescindible: Confesiones de una máscara (1949); El Pabellón de Oro (1956) y su tetralogía titulada El mar de la fertilidad, compuesta por las siguientes novelas: Nieve de primavera (1966); Caballos desbocados (1969); El templo del alba (1970) y La corrupción de un ángel, terminada horas antes de hacerse el hara-kiri y, por supuesto, publicada póstumamente (1983).
Yasunari Kawabata (Osaka, 14 de junio de 1899 – Zushi, 16 de abril de 1972). Escritor japonés, ganador del Premio Nobel de Literatura de 1968. Entre sus libros deben leerse, si es posible, ahora mismo, las novelas La bailarina de Izu (1926); País de nieve (1937); El maestro de Go (1954); La casa de las bellas durmientes (que dio origen a la novela Memoria de mis putas tristes de Gabriel García Márquez, 1961) y Kioto (1962). Kawabata fue maestro de Yukio Mishima.
Osamu Dazai (Kanagi, Prefectura de Aomori, 19 de junio de 1909 – Tokio, 13 de junio de 1948). Pseudónimo del escritor japonés Shūji Tsushima. Sus novelas El ocaso (1947) e Indigno de ser humano (1948) muestran el enorme talento que lo llevó a convertirse en uno de los escritores más apreciados dentro y fuera de su país. Se suicidó, junto a su amante –una joven viuda de guerra–, atándose a ella con una cuerda roja y lanzándose a un canal del río Tama, que estaba crecido por las lluvias recientes.
Ryūnosuke Akutagawa (Kyōbashi, Tokio, 1 de marzo de 1892 – Tokio, 24 de julio de 1927). Escritor japonés, principalmente cuentista, considerado el "padre de los cuentos japoneses". Su cuento “Rashomon” (1915), figura en las principales antologías de grandes cuentos en todo el mundo. A partir de él y de otro relato de Akutagawa titulado “En el bosque”, el cineasta Akira Kurosawa realizó su película también llamada Rashomon (1950), con la que al año siguiente obtuvo el Oscar a la Mejor Película Extrajera. Akutagawa también se suicidó, ingiriendo una sobredosis de la sustancia somnífera barbital. El premio de literatura más importante de Japón lleva su nombre.
Kobo Abe (Kita, Tokio, 7 de marzo de 1924 – Tokio, 22 de enero de 1993). Pseudónimo del médico, escritor, dramaturgo, fotógrafo, guionista de cine e inventor japonés Kimifusa Abe. Su novela más conocida, tanto en Oriente como en Occidente, es La mujer de la arena (1962), considerada una obra maestra de la narrativa japonesa y universal. En los últimos años, su obra se ha revalorizado bastante, especialmente, en Europa y el continente americano.
Descargue la obra en el enlace:
https://drive.google.com/open?id=1HHnuKpGFJ8P2KyenzFwAnjxQzVgtEzsi

lunes, 22 de enero de 2018

DEL AGUA


Francis Jean Gaston Alfred Ponge (Montpelier, 27 de marzo de 1899 – Le Bar-sur-Loup, 6 de agosto de 1988). Poeta y ensayista francés. En algunos de sus libros intentó combinar ambos géneros. Su gran preocupación fue el lenguaje porque, en su opinión, el mismo humaniza y dignifica a sus usuarios. En la mayor parte de su obra e incluso en su libro más aplaudido y difundido, De parte de las cosas (1942), utilizó la prosa poética. En éste describió elementos de la vida diaria, empleando para ello un lenguaje que mezclaba lo cotidiano, lo científico y lo poético. Otras obras suyas, también en prosa poética, fueron Doce pequeños escritos (1926), Poemas (1948).
Según se reitera en sus biografías, Ponge ejerció una gran influencia en el desarrollo de la llamada “literatura objetiva”, cultivada por novelistas franceses de la década de 1950, en especial en Alain Robbe-Grillet.
Fue un fumador obstinado, al punto que casi no se consigue una fotografía suya en la que un cigarrillo no asome a sus labios.
Descargue  la obra en el enlace: