La Lluvia de Hojas de hoy viene densa, mas no en oscuridades como las negras nubes que anuncian tormenta. Es como agua clara que empapa. De alguna manera nos afecta, refrescándonos es la mejor forma de hacerlo, más que resfriándonos. Es una lluvia sobre las palabras, de palabras.
En el primer texto, tal vez siguiendo los fragmentos reflexivos anteriores, se revisa esa particular conexión entre el escritor y su obra. En este caso específico el narrador y su creación. Una relación extraña para algunos, en la que el uno se refleja en la otra, pero a la vez autonomiza a la obra. El lector completará las reflexiones que esto pueda traer.
Un relato sobre un fantasma, también extraviado como otros que erraron por estas páginas, continúa la Lluvia de hoy. El espectro de hoy busca, en cierta forma, la misma corporeidad que desea el escritor al plasmar su obra en palabras.
Tres poemas, como siempre, sobre el silencio y la palabra, cierran esta Lluvia, para que al lector le sea de agrado y provecho.
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