domingo, 15 de agosto de 2010

Tres poemas con lluvia o lágrimas


El mundo es una encrucijada de vías

en idas y venidas

de tiempos distintos,

capas de una gran cebolla,

venas de esas pieles

que se acercan

hasta el corazón vegetal.


Nuestros caminos se juntaron

en un punto

del tiempo.

nuestros pies caminan

desde entonces

la misma senda,

nuestros pasos se tocan.


Quiero llevarte encima de mis pies,

leve,

y recorrer todo el universo,

hasta llegar a nuestro corazón

en lo más profundo

de nuestra existencia.

No ahondaremos

en la tristeza del llanto

de esos vapores desconsolados.


Las lágrimas

sólo brotan,

fuente inagotable

de aflicciones,

por la ruptura

de la frágil superficie,

por quebrar el camino

y desviar las sendas

que nunca han debido

separarse.


No lloraremos

en este tránsito.

No

Porque somos uno

y vamos juntos

pisando

con suavidad

y firmeza

hasta el final

de la travesía.

De Instantáneos


Las imágenes de mi niñez

sólo viven en mi memoria.

Los viejos álbumes de fotos

decidieron mudarse

a recónditos basureros

por impulso ajeno.


En los rellenos poco sanitarios

los insectos juegan a disfrazarse

con los trajes de mi infancia.

Los rastreros toman mi fijo rostro sonreído

y las adustas fisonomías de mis familiares

prestadas

como caretas

para jugar a las ocasiones festivas

hasta que se cansan.

Entonces dejan expuestos mis retratos

a los elementos naturales

que se los llevan a eterios parajes.


Las imágenes de mi niñez

regresan a mi memoria

montadas sobre el viento.

Navegando por canales de piedra y tierra

en barcos de papel o en hojas derrotadas

que las corrientes de lluvia llevan al mar

Hechas cenizas de sequía,

impregnadas del olor de la quema.

Transmutadas en polvo

levantado en miles de caminos.

Y con un solo grano

llena mis ojos de una felicidad

perdida y reencontrada

con el ardor

de una lágrima

De El paso de la serpiente



Penetro en la lluvia

que es el silencio

Gotas insonoras

caen despacio

y se cuelan en mi sensibilidad

para captar lo grande y lo pequeño

o lo pequeño y lo grande

sin distingo


Puedo escuchar el trote

desordenado de las hormigas

Las motas de polvo

que caen en el agua

Los sorbos de la araña

Cuando bebe a su presa


Pero también

el suave abrir y cerrar

de unos ojos enamorados

Un sonoro beso en la distancia

Dos corazones

que laten con premura

al unísono

en la sinfonía del amor

De En el Inicio de la vida


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