La lluvia de hoy será de estrellas. Para quienes la puedan observar, atravesando las nubes o el sueño, será un espectáculo emocionante. Para quienes quieran, de verás apreciarla, no habrá obstáculos. La mirarán en el firmamento despejado o en su clara imaginación. Los efectos tal vez sean parecidos.
Con la lluvia de estrellas tal vez se puedan formular miles de buenos deseos. Entre ellos, el más importante será el deseo de convertir en realidad los sueños.
No es fácil conseguir la estrella que realiza ese deseo. Pero se puede. Está allí, cerca de ti. Pasa y te toca y continúa su camino. Sólo entonces te das cuenta que sí es posible construir lo que sólo era una idea. Tienes la fuerza, la intención, la potencialidad que inicia la acción. Y con tu trabajo perseverante, sobre ti mismo, lograrás seguramente lo que puede parecer imposible. La idea entonces es una realidad.
Los deseos de amor siguen ese camino. La idea se va transformando en una realidad en base al trabajo mutuo que acrecienta el sentimiento, es un trabajo en muchos aspectos. Pero si has encontrado a la persona para hacerlo, ha habido un encuentro con la estrella exacta. Y ella cumplirá tu deseo.
Hoy, en esta lluvia de hojas, va un cuento de una estrella, un deseo y un afecto. Tal vez dedicado a los niños y niñas que aún somos.
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