La Lluvia de Hojas de hoy de desgrana en materiales diversos. No es tan copiosa como la que nos inunda en ciudades y campos, en esta u otras épocas, pero si concentra varios aspectos del transitar de quien escribe, a lo largo del camino literario.
En una primera reflexión se expone al lector que la literatura es una vía de realización. Al menos eso busca ser. ¿Resolverá algo en la vida del escritor? A veces los ejemplos son adversos a esta aseveración si tomamos como patrón el éxito económico o aún la fama en vida. Incluso, habría que preguntarse cuántos escritores no yacen olvidados en tumbas y en mausoleos de libros, como son algunas bibliotecas. Pero quien se dedica a escribir conoce la pasión de la palabra que le da sentido a la existencia.
Un texto narrativo le sigue. Extraño relato que cumple treinta años. Y hace de nuevo su recorrido absurdo por el territorio de la imaginación. El lector juzgará.
Tres poemas, como siempre, en búsqueda de la esencialidad, de la vida, del amor, de la soledad y el silencio, cierran la Lluvia de hoy.
Que le sea agradable y, si es posible, de provecho al lector.
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