domingo, 7 de noviembre de 2010

Tres poemas elementales


La sombra

se alarga elástica

queriendo zafarse

de quien la prende.

Huye del sol tardío

y del claro lustre

de la mañana

para salvarse.

Infeliz, ignorante,

pronto la noche

la engullirá

en la tiniebla

una.

De Extensa Brevedad


Las aves de la mañana

son líneas de vapor

que atraviesan

el fuego

de la luz primera.


Trazan con ellas

una armonía

que sólo entendemos

cuando volamos,

dejando en tierra

cualquier inteligencia

que no sea

la del aire.

De Instantáneos


No me siento culpable

de ser feliz

Sería satisfacer

los deseos ocultos

de quienes sólo creen

que el malestar ajeno

es su propio aliciente.


No me siento culpable

de ser feliz

Porque para llegar a algo parecido

a un estado de pura serenidad

es mucha la vuelta que he dado

mucho el revolcón sufrido

En tierra y piedras

En aguas turbulentas

Sobre fuego abrasador

Y en tornados

donde creí asfixiarme


Nada me he ganado

que no se me haya concedido

por gracia absoluta

de la vida o del destino

más que por merecimientos

que desconozco


No me siento culpable

de ser feliz.

De En el inicio de la vida

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