La Lluvia de hojas de hoy recorre los múltiples caminos de los elementos. No sólo el del agua o el de la hoja que se precipita a la tierra o es consumida por el fuego. La Lluvia de hoy reúne los cuatro elementos de la antigüedad y se pregunta sobre la belleza, inspeccionando también un antiguo invento de futuro.
En el primer texto una breve reflexión nos acerca a la doble cualidad de la belleza, como concepto capaz de ser comprendido en sus aspectos racionales, en el establecimiento de cánones comprensibles. Pero sobre todo nos va a referir a la vivencia de lo hermoso como algo supremamente personal.
En el relato que le sigue retrocedemos en el tiempo. Se presenta uno de los prototipos de las máquinas del tiempo que se fueron convirtiendo en una manía especulativa en los inventos del autor. Es un texto publicado en 1977 en el agotado, y tal vez exhausto, libro, Andamiaje.
Tres poemas elementales cierran la Lluvia de hoy. Son textos donde la palabra que los define corre desde la revisión del concepto antiguo de elemento, hasta la simplicidad argumental, si tal cosa existe en un intento de poema.
Que la Lluvia les refresque la vida, o por lo menos este momento, es mi deseo.
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