domingo, 17 de octubre de 2010

Tres poemas de siempre 2



Aquí estamos
despojados de las máscaras
desnudos
en la alegría
de nuestros cuerpos
que se buscan
en la penumbra
y se encuentran
en la claridad inenarrable
del amor.

Aquí estamos
Sin otro ornamento
mas que nuestra piel
deseosa de tacto
de gusto
de olfato
de vista
de oído atento,
de pleno ejercicio
de los sentidos,
transmutados en fuego
de un dragón doméstico
mas no domado.

Aquí estamos.
Esperándonos.
Aguardando que la vigilia
duerma
y la verdad aparezca
con sus tenues destellos
para acercarnos
como siempre
a la eternidad.

De Instantáneos


La decisión

más importante

de la vida

se toma siempre

en un instante.

Los largos años de reflexión

pasan como un suspiro

y a menudo ponen

en contradicción entre sí

los pensamientos,

ya secos

de tanto palpamiento mental.

La decisión corta

toda especulación

que le sea adversa

con la exacta hoja

de una sentencia,

con el incisivo filo

de los hechos.

De En el Inicio de la Vida


En algunos momentos

se apaga la luz interior

y si

reviso las páginas escritas

nada encuentro.


Más le valdrían estar blancas,

me digo.

Servirían a otro destino.

Construir aviones de papel,

tal vez.


Dobladas en mil formas

ostentarían la poesía del Origami.


Manchadas de mi torpeza

pueden volar

sólo al abismo

de la pesadilla.


Nada veo

sino una

plana hoja rellena de palabras,

ahíta del deseo expresivo,

gritando en la oscuridad

por un terrible mal totalmente onírico.


Pero siempre amanece

a otro sueño

donde creo

que mis sentimientos hechos verbo

sirven para algo.


Como construir aviones

de papel

que vuelen alto

y caigan en picada

hasta el atento ojo de un lector.

De El paso de la serpiente

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