domingo, 20 de junio de 2010

Tres poemas, al menos uno con padre



Lo importante

a menudo

se relega

a un plano

amarillento

y olvidado.


Lo intrascendente

suele pavonearse,

entonces,

por breves instantes,

hasta que cae presa

de su propia estulticia.

El amor

se confunde con un lujo

al que se le cobra

un alto impuesto

para que nadie se atreva

a sentirlo.


Pero una sonrisa

gratuita

rompe ese cerco

de necedad.

De Instantáneos


Ahora

más lejano que nunca

mi padre

saluda

al pasado

y al futuro


Cercano

en sus ausencias

frecuentes

y sin respuesta

se despide

o tal vez

da la bienvenida

al recuerdo


Sólo

nos redime

el mutuo afecto

que nunca nos expresamos


De Eternos Pasajeros



Lapidado por epítetos,

insultos

y terribles deseos,

resurjo de entre las piedras

de ese infausto camino

de contrariedades

que me lleva al sitio

más opuesto de mi existencia


Pero nada hay que impida

mi resurrección

diaria

agobiado por la cotidiana

soledad

y empujado por la costumbre

de oponerme a lo adverso


Parecería el triunfo

del optimismo,

pero es solo la persistencia

de creer que todo podría ser peor

y por alguna circunstancia

aún no lo es

De Vacío Optimismo



1 comentario:

Elizabeth dijo...

Emotivos poemas que invitan a la reflexión como siempre J G.

No hay quién se sustraiga a una sonrisa gratuita, espontánea y sincera, por eso siempre nos abrirá todas las puertas ...

Hay afectos que no se expresan nunca pero que siempre persisten porque están por encima de lo convencional, son extraordinarios. Quizás se tenga que esperar toda la vida para recibir esa expresión de afecto, pero así haya sido en el último suspiro, quedará para siempre en el recuerdo...

"Pero nada hay que impida
mi resurrección "
Hermoso....nada ni nadie impedirá nuestra resurrección sino nosotros mismos....por eso creo en el optimismo para lograrlo, en el amor y en la perseverancia en lo que hagamos...siendo así, no habrá piedras que nos lo impidan ni adversidades que nos detengan...:-)