Los ciclos más comunes en nuestras vidas son los que surgen naturalmente a lo largo de nuestras etapas evolutivas. Se habla así de infancia, subdividiéndola también en temprana, media y tardía, adolescencia, juventud, madurez, vejez. Este último señalado con nombres diversos pero con igual sentido. Hacemos separación de momentos de la vida. y van cambiando las relaciones entre las personas que toman parteen cada etapa.
Al principio de nuestra existencia somos totalmente dependientes de nuestros padres. Primero de nuestra madre, un ser nutritivo, indispensable para nuestra supervivencia. Luego, se amplía al triángulo familiar, cuando existe. O se establece con otros familiares u otros seres que nos cuidan y dan afecto.
Pero crecemos y naturalmente nos vamos haciendo menos dependientes. En algunos casos esta dependencia llega hasta avanzadas edades en nuestras vidas. De acuerdo a las costumbres de la cultura donde crecemos, los hijos dependen mayor o menor tiempo de sus padres. El lapso suficiente para que el hijo, según los parámetros socioculturales, se valga por sí mismo en el mundo.
Este modelo de dependencia con los padres se reproduce con otros seres significativos. Con los maestros, con las amistades de las diversas etapas de nuestras vidas. Con cada una de esas personas la relación cambia y el ciclo se termina.
La finalización de un ciclo da paso generalmente a otro. El logro de la independencia emocional y económica no significa, necesariamente una ruptura con los padres, familiares o amigos de determinada etapa evolutiva. Pero necesariamente debe darse un cambio. De no operarse una transformación, el ciclo que aún no se cierra llega a ser un impedimento en la relación y en la realización personal y llevará, realmente a una ruptura profunda.
Con el comienzo de otra etapa se da un cambio en las relaciones, que no necesariamente será de ruptura, pero que señala el final de un ciclo, tal vez teniendo los mismos protagonistas pero con una relación distinta entre ellos. Se pasa a otra interdependencia distinta. Un cambio significativo e ineludible dictado por nuestra evolución como personas.
1 comentario:
Los vínculos padres e hijos por más dificiles que a veces se tornen nunca se rompen . Se transforman, evolucionan y cuando hay amor y respeto se estrechan aún más....que sería lo ideal para ambos...beneficiándose así de una relación que siempre rendirá en beneficios...
Publicar un comentario