domingo, 13 de junio de 2010

Encuentro con las señales en tu vida



Con toda seguridad te has encontrado en tu vida con señales que te anunciaban que debías seguir determinado rumbo. Algunas veces has hecho caso a las señales. En otras oportunidades las has desdeñado. Y las consecuencias de una y otra conducta te han hecho reflexionar. Si hubiese hecho caso, habrás exclamado alguna vez, cuando ya no es posible tomar en cuenta la señal de advertencia que encontraste. O tal vez agradeces el haberte dado cuenta, en un instante, lo que debías hacer en un momento dado. Ese segundo marcó una diferencia entre el éxito y el fracaso.

Un solo instante establece la diferencia entre una decisión acertada y un error. Un instante donde actúas de una forma determinada o dejas de actuar. Un instante donde sintetizas toda tu experiencia anterior en función de una posibilidad de éxito.

Cada vez que te encuentras en una dificultad y quieres saber cómo actuar, aparecen las señales indicadoras del camino. Debes entonces escoger el sentido adecuado. Y actuar en consonancia, sin temor a la equivocación, con la confianza suficiente para saber que, en este momento, la opción que escoges es la mejor. En ese instante estás ante la presencia de las señales que te guían a través del camino de tu propia vida. Un camino por hacer.

A veces las señales son apenas perceptibles. Una corazonada, ese sentimiento extraño que muchas veces desechas, un indicio que aparenta ser una casualidad, una palabra oportuna de alguien o un recuerdo tuyo. De alguna manera la señal se presenta para guiarte hacia un acierto.

De igual manera, al hacer caso omiso a una advertencia de tu propio ser interior o al desdeñar por terquedad o desestimar una señal exterior de que no debías avanzar por cierto camino, te das cuenta de la singular importancia de esas señales que se atraviesan. Y te das cuenta de ello por las inevitables consecuencias que ese descuido te trae.

Parece que las señales tuvieran una intención siempre positiva. Y cuando te das cuenta de ello estás dispuesto a respetarlas en una siguiente oportunidad. Si la hay.

Las señales en la vía de nuestra existencia no se dan por casualidad sino por
causalidad. Obedecen a la intención de tu ser interior de llevarte hacia el
progreso en la vida. Si te mantienes atento lograrás percibirlas y tomarlas en cuenta. Así ellas se tornarán más luminosas más audibles, más tangibles. Si por el contrario te tornas ciego, sordo o insensible a las señales, ellas parecen desaparecer. Pero, para tu alivio, ellas continúan latentes, esperando que de nuevo las descubras en toda su importancia, en toda su realidad.

1 comentario:

Elizabeth dijo...

Las señales que se nos presentan en el camino de la vida son esenciales para lograr la verdadera felicidad. Es importante estar atentos a ellas...porque seguramente no volverán a presentarse....el corazón nos dirá si seguirlas o no... y el corazón raras veces se equivoca.
Linda reflexión...como siempre J G.