domingo, 28 de febrero de 2010

Tres de otros tres tiempos



Creo

en tus palabras

como hechuras del viento

En tus pensamientos,

porque no los veo

y están allí agazapados

Pero más en tus obras

que dicen cosas pensadas

aunque a veces no las comprenda


Bajar hasta las profundidades

del infierno

es fácil.

Sólo dejarse caer

por sus empinadas escaleras

circulares

dando curvas precisas

en cada vuelta de campana,

pregonera de un fondo

que nunca llega.

El regreso

Ese sí es arduo.

Salir del foso

con las piernas rotas,

sin alas,

es cosa seria

que hace pensar

en lo inconveniente de esa caída,

en la imposibilidad de la tarea,

en el ascenso

como única forma

de redención

casi negada

hasta por la esperanza.


Convivo

con mis tristezas

Brindo con ellas

alegremente

deseándoles un buen viaje

hacia otros territorios

que les presento

como paraísos tropicales

Pero se quedan

agradadas

por el buen trato

tal vez

o borrachas de afecto

Ya he probado

espantarlas

con firmeza

Pero toman a broma

mis intentos

Y sus consideraciones

me hacen sentir culpable

del deseo de deshacerme de ellas

Son tan felices

instaladas

en mis sentimientos

que allí quedarán

hasta que alguno de nosotros

duerma


No hay comentarios: