Julio Flórez (Colombia, 1867 – 1923) se consagró en vida como un
poeta de honda raigambre popular. Su obra era conocida, recitada y valorada por
sus contemporáneos, hasta tal punto que, a pesar de su posición política
liberal, le fue dado el título de Poeta nacional de Colombia. Tal vez llegó
tarde ese reconocimiento, pero el mismo le sobreviviría durante mucho tiempo.
Su poesía se halla inscripta en el más puro
romanticismo, lo que muchos consideraron anacrónico en una época en que el
modernismo irrumpía. Pero él, fiel a sus principios, cantó a tópicos como el
amor, la muerte, la pérdida, la amada y otros muchos donde se vivenciaba un
apego al sentimiento como guía del verbo, sin ocultar un dejo de melancolía y
sentido trágico. No obstante, la belleza sencilla cautivó a la juventud de su
tiempo, dándole a la poesía en sí misma un valor excepcional tanto en el juego
amoroso, como en cualquier otra expresión humana, incluyendo la política.
Sus poemas, todos con rima y métrica muy bien cuidadas,
se reunieron en diez libros, nueve publicados en vida del poeta y uno póstumo.
Sin embargo, un ciento de sus poemas se encuentran dispersos en publicaciones
periódicas e incluso totalmente inéditos entre los papeles del autor.
Flórez ha sido calificado como el último poeta
romántico de Colombia o el último becqueriano, haciendo alusión a la poesía de
Gustavo Adolfo Bécquer, con sus apegos al amor y la muerte, aunque el poeta
boyacense aportara muchos otros temas en la expresión poética. Incluso se
pueden encontrar reflexiones de corte político sobre hechos históricos de su
contemporaneidad, como la guerra y sus personajes, el papa, el rey de
Inglaterra, el Káiser y otros. Así como la inclusión de una visión romántica de
temas avizorados por otras corrientes poéticas. Nos referimos a poemas sobre el
zeppelín, el aeroplano o el submarino, por ejemplo.
Esta antología que hoy publica Caravasar Libros con el título de Gélido fulgor busca una
revalorización del escritor por parte del lector. En ella se ofrecen tanto sus
obras más conocidas como otras que igual poseen una fuerza expresiva, gran
riqueza verbal y una melodía que las hacen propicias a la canción. Es
inevitable recordar o identificar en ellas la armonía y el tono sentimental de
expresiones melódicas populares de gran arraigo en América hispana, como el
bolero.
Despojados de cualquier presuposición, disfruten de la
poesía de Julio Flórez.
J. G. B. P.
Descargue la obra en el enlace:
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