el mar de llanto.
En cada comienzo
lágrimas abren camino
y ruedan
hasta perderse
en la piel.
Queda el mineral seco
monumento que señala
un hito mínimo
pero punzante indicador
Las raíces de mi tristeza
son tan profundas
que brotan
en el otro lado de mi mundo
Eso me consuela enormemente
Porque allí los habitantes
de mi antípoda
la consumirán
creyéndola el fruto
del extraño y milagroso árbol
de la alegría
Manantial en verano
La palabra aguarda
que el cielo
refresque sus fuentes
para brotar
de nuevo
Quiero aprovechar
las últimas oscuridades de la noche
para encender una vela
y creer
al origen del amor
a la pura simplicidad
de los cuerpos
a la desnudez primigenia
de dos almas compenetradas.
El espejo nos devuelve
al sitio de donde debemos partir
desde cada instante
al acto trascendente de la entrega
de las pieles haciéndose una
de los ojos cerrados
porque la mirada
va hacia adentro
sintiendo el cuerpo amante
allí
a donde pertenece
y permanecerá por siempre.
El espejo nos devuelve
todo
menos una simple imagen.
Pasa veloz como otros
Tras la celosía
de una marcha vertiginosa
una mujer
apenas oculta su mirada
y lanza una sonrisa.
Corre así la cortina
de sus afectos
y los deja al descubierto
ante el atisbo
del estoico espectador
que apenas atina
a disparar una foto
congelando el instante
1 comentario:
LE FACILITO POR SUS ESCRITOS QUE NOS HACEN REFLEXIONAR CADA DIA SRA DORIS
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