domingo, 14 de febrero de 2010

Tres sobre amor y tristezas



En el inicio de la vida

el mar de llanto

En cada comienzo

lágrimas abren camino

y ruedan

hasta perderse

en una nube

Queda el mineral seco

monumento que señala

un hito mínimo

pero punzante indicador

Para E.

El amor

parece escurrirse entre los dedos

Escapa de cualquier intento

de asirlo

obligatoriamente

De retenerlo

en contra de su propia voluntad.

Hay que sumergirse en su mar

Aprender a respirarlo

Impregnarse de su leve brisa

De su fluir constante

Hay que saber captarlo

cuando no se ausenta

Para perderse en su presencia

que todo lo llena.



Bajar hasta las profundidades

del infierno

es fácil.

Sólo dejarse caer

por sus empinadas escaleras

circulares

dando curvas precisas

en cada vuelta de campana,

pregonera de un fondo

que nunca llega.

El regreso

Ese sí es arduo.

Salir del foso

con las piernas rotas,

sin alas,

es cosa seria

que hace pensar

en lo inconveniente de esa caída,

en la imposibilidad de la tarea,

en el ascenso

como única forma

de redención

casi negada

hasta por la esperanza.



1 comentario:

Elizabeth dijo...

Muy lindos los tres poemas...

El amor siempre está en constante pugna entre la soledad y la tristeza, pero si es verdadero, siempre, sin excepción ,las dejará atrás.