Estoy en el borde
de todos los fracasos
caminando borracho
de realidades mal destiladas
Con los ojos cerrados
confiando
en un ciego
que no conoce el camino
Poniéndome
en unas manos
paralizadas
de miedo
Creyéndome otro
Conductor de confianza plena
Y siendo el mismo
solitario
transeúnte
de la tristeza
Veo acercarse la niñez
de otra vida
posterior
a este amago de existencia
Quiero imaginarla
con optimismo
pero se me sume con el buen ánimo
entre los flacos dedos de la amargura
Tan sólo consigo
una mueca que revela
la secreta envidia
por lo que aún no ha sucedido
Y la inmensa desolación
de una estéril tristeza
toma ya mi cuerpo
inexistente
aún
Los silencios se reúnen
para hablar de sus desventuras
en voz baja
simulando el susurro de las olas
de un mar lejano
Los silencios conversan
rompiendo sus votos
Se quejan
del aire
del mundo
de la voz
de la palabra
Los silencios inventan
terapias grupales
donde gritan
y se niegan
a escucharse mutuamente
Los silencios se parecen
demasiado
a la gente
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