Por ahora soy autor
de más de mil doscientos minicuentos, microficciones o minificciones, como
también se les llama y tal vez por eso estoy habituado a la brevedad, al texto
lacónico.
Si en este momento
estuviese elaborando uno de tales textos, a la pregunta ¿cómo me hice lector?,
que propone la mesa, simplemente habría contestado La curiosidad y, dentro de
cinco segundos, estaría abandonando este panel.
Si me abandonara a
mi inclinación a escribir sucintamente, debido –supongo–, a una pereza
congénita que creo viene desde mis antepasados prehistóricos, dejaría las cosas
hasta ahí y ya.
Pero no.
A. J. S.
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