El de la Cenicienta es, probablemente, el cuento más
universal de nuestro mundo.
Se le encuentra desde la antigüedad en múltiples
sociedades, como la del Antiguo Egipto, China, Grecia y Vietnam, entre otras.
Encarna tanto el triunfo del bien sobre el mal, como la
esperanza que tiene la mujer más infeliz de abandonar el estado de pobreza
extrema en que malvive.
El relato en torno a una joven desdichada que, tras
enfrentar cotidianas vicisitudes, logra el éxito personal casándose con un rey
o un príncipe, tiene miles de años pasando de boca a oído o a través de los
ojos, claro está que con características propias de cada una de las culturas donde
se cuenta.
En la mayoría de estas versiones, a la trama anterior
se suma la bíblica envidia fraterna, merced a la cual se inician las desdichas
de la protagonista.
En el Antiguo Egipto, la joven se llama Ródope y es una
prostituta de la que se enamora el faraón. En China, Pies de Loto es la hija de
un rey cuya existencia, al perder a su madre, queda en manos de una madrastra
malvada. Ambas e incluso otras, como la vietnamita y la del historiador griego
Herodoto pueden leerse, resumidas, en la página que Wikipedia dedica a
Cenicienta. Puedo certificar que la información aparecida en dicha página es
confiable.
Lo recomendable sería leer dichas versiones en sus
presentaciones originales, pero eso es difícil de hacer dado que no existe una
sola edición que las reúna.
Las variantes más conocidas en Occidente son la del
escritor francés Charles Perrault y
la de los escritores y filólogos alemanes Jacob
y Wilhelm Grimm. Son éstas las que
ofrecemos en las páginas que siguen a continuación, con sus evidentes errores
en el desarrollo de la trama.
En nuestro tiempo de despliegue audiovisual, hay
quienes piensan que Cenicienta es un personaje creado por el dibujante y
empresario estadounidense Walt Disney. En 1950 y partiendo de la versión de
Perrault, Disney realizó un largometraje que se ha exhibido desde entonces en
gran parte de la porción urbana del planeta, en torno a la joven que, pese a
tener todo en contra, termina casándose con un príncipe azul. Bueno, no azul de
piel ni de cabello, sino solamente trajeado con una casaca de ese color.
A. J. S.
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