domingo, 6 de junio de 2010

Todo parece igual, todo es diferente


La evolución del ser humano es un camino con abundantes curvas. A veces creemos estar en el mismo sitio. Nos sentimos como si hubiéramos dado una vuelta para volver al punto donde iniciamos la marcha. Si nos fijamos bien, no estamos en el mismo punto. Tal vez lo vemos cerca pero hemos avanzado algo.

Evolucionar es ir un poco más allá. Con frecuencia esta acción de desplazarse hacia adelante no es fácil. Nos vemos tentados, más de una vez, a retroceder. Nos recriminamos el haber abandonado un punto estable, el haber sacrificado la comodidad. Creemos muchas veces que el despeñadero nos aguarda en la siguiente curva. Tenemos entonces la tentación de detenernos.

Esto nos sucede desde niños, incluso antes de nacer. Es más cómodo el vientre materno, donde un cordón nos alimentaba, sin esforzarnos por succionar la leche que nos haría crecer. Nos luce placentero, dormir muchas horas al día, después que tenemos edad suficiente para ir a la escuela. Y nos quejamos de haber perdido unas horas de sueño por ir a aprender algunas cosas en el salón de clases.

Avanzamos y la vida, si no la tomamos entre nuestras manos, nos irá llevando a quejarnos de los pasos que vamos dando. Afortunadamente nuestra supervivencia ha dependido siempre de nuestra enorme capacidad de adaptación como seres humanos.

Por ello, también sucede que nos empeñamos en forzar todas las barreras y emprender la labor de vivir por cuenta propia. A veces nos equivocamos. De seguro nos equivocaremos muchas veces en la vida. Es una forma de aprendizaje. Pero, poco a poco, la experiencia nos irá mostrando el camino de una sabia cadena de encuentros y aprendizajes afortunados.

El camino de la vida es en ascenso y de curvas, muy a menudo. Curvas y obstáculos. Por eso, vemos el sitio que habíamos abandonado, desde otra posición y en ocasiones nos engañamos y desanimamos creyendo que estamos en el mismo lugar. Estamos más arriba. Pero como casi tocamos nuestro punto de origen, no percibimos que nos situamos en una vuelta superior. En otras oportunidades los obstáculos nos impiden, simplemente, ver dónde nos hallamos y creemos no haber avanzado mucho.

Interpretar correctamente las señales de ese camino va a ser esencial para situarnos en la vida y saber que nuestro destino es avanzar.


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