El silencio
tiene su propia voz,
un eco
eterno
que resuena
en la bóveda
de nuestra mente.
La aspiración
unísona
del cosmos.
Un hilo,
una cuerda
sonora
tañida apenas
por el rayo.
El silencio produce
la afinación
del espacio
y sus múltiples cuerpos
distantes,
acercados
hasta nuestros oídos
en un momento
que se prolonga
por el resto
del tiempo.
El silencio
nos habla
en el más íntimo instante
cuando nos vemos a los ojos
y nos dice que callemos
porque nadie
creerá
que tiene
su propia voz.
De Instantáneos
levantó tu cabello
y lo descendió en tu rostro
en aquel erial soleado
en el cerrado recinto
donde horizontal me esperabas.
Cuando no estoy
te lleva mis mensajes
posando sus labios de tenuidad en tus oídos.
De En el inicio de la Vida
en el silencio interior
El de una sombra susurrante
El de una imagen conocida
El de la costumbre
y el eco
está hecha de vacíos
De instantes conectados
Y respiraciones
de diversa profundidad
invariable
y silencioso
desde su distante morada
De Espacios Temporales
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