domingo, 9 de mayo de 2010

Tres poemas de palabras y tiempo



La palabra

se esconde

en las circunvoluciones

del cerebro

para no salir

cuando la llaman

a dar declaraciones.


No le gustan los vanos

exhibicionismos

ni las acusaciones

y los apuros.

Mas bien llega

tranquila al oído

atento.


La palabra

susurra una canción

que estremece el alma.

Se sobrepone al sonido

de las olas,

cabalgando sobre ellas,

nunca abrumándolas

porque conoce sus límites

hechos de aire

y fatiga.


La palabra se esconde

para negarse

a los impostores

que creen utilizarla

y tan solo disfrazan

de ruido

sus alharacas.


La palabra

aparece en la boca

del sabio

y se oculta inmediatamente

para que no la tomen

presa

de idioteces.

La palabra es el sabio mismo.

De Instantáneos



Las palabras se las lleva

el viento,

hechas saetas,

aguijones

ardientes heridas

cicatrices

recuerdos

que no recoge el tiempo


Porque

Miro aquellas palabras

que alguna vez pronuncié

a tu oído

y sólo encuentro el vacío de sus formas


Ya no las escucho

Quedaron afónicas

por el frío que han pasado

por el instante que sopla

el olvido

en sus rostros pétreos

De Conjuros del Desencanto



Hay días

en los que las horas

pacen en los campos

de la vida

Y las nubes marcan los segundos

creciendo sin esfuerzo

En esos días la eternidad nos toca levemente

con un silbido de flecha.


Hay otros días

donde las horas corren furiosas,

levantando polvo,

intentando llegar al final

de un camino interminable

Los rayos marcan los segundos

ante la vista oscura

de asombradas nubes

En esos días el tiempo nos toca el hombro

con huesudas manos de muerto

De Vacio Optimismo


1 comentario:

Elizabeth dijo...

Hermosos poemas..."Mas bien llega

tranquila al oído

atento."....esto es tan cierto, las palabras vuelan al viento y se dirigen directamente a los oídos que las esperan,,,