Y el invierno ha llegado en el hemisferio norte. Mientras en nuestros predios tropicales la falsa nieve ocupa su lugar tratando de exaltar la imaginación de la gente, siempre que al sitio lo invada el aire acondicionado.
Nuestras costumbres han variado. Era de esperarse, pero siempre hay una tendencia a la reunión. Con mayor o menor grado etílico, pero destapa sentimientos escondidos y que se liberan en palabras que la lengua arrastra hacia afuera.
En otros casos existe una verdadera conciliación de cuentas, una verdadera unión. El cambio de estación parece producirlo.
Lo importante es conservar lo mejor de una costumbre, aunque la costumbre pase. Y siempre lo preponderante en ella es el sentimiento, lo intangible. El afecto que se esparce y que vuela como hojas secas llevadas por el viento hasta lejanos lugares del recuerdo.
Hoy, les ofrezco un pequeño relato sobre una foto. Casi anecdótico, pero que me produce ese encuentro con el recuerdo distante. Una imagen borrosa pero presente, dedicada a quienes creen todavía en la Esperanza y eL afecto . Y a todos los lectores. Que la felicidad los envuelva.
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