domingo, 2 de mayo de 2010

Tres poemas nada laborales


A veces los sueños

se caen de la cama

aparatosamente.


Despertamos entonces

sobresaltados

por el estrépito,

de un desplome

de animal herido.


Aparecemos

súbitamente,

azorados,

con sangre en las manos,

en nuestra vigilia

eterna,

en este universo

de ilusiones moribundas.


Los sueños en el suelo

agonizan lentamente,

fuera de su mundo

de agua onírica.


Se quiebran los espejos,

fraccionan

en miles de pequeñas

imágenes

la ya endeble memoria

de lo no acontecido,

de lo posible.


Los sueños

duran poco,

tanto como toda

la vida.


De Instantáneos



Risa estridente

de gordura obscena

Canción lastimera

radial

desplegándose como bicicleta

Ventilador asperjante

de calor líquido

Gaceta

Hípica

Municipal

Oficina pública

De quejas compartidas

De nada triturada

De espera del día de la aniquilación


De Vísceras Públicas



En algunos momentos

se apaga la luz interior

y si

reviso las páginas escritas

nada encuentro.


Más le valdrían estar blancas,

me digo.

Servirían a otro destino.

Construir aviones de papel,

tal vez.


Dobladas en mil formas

ostentarían la poesía del Origami.


Manchadas de mi torpeza

pueden volar

sólo al abismo

de la pesadilla.


Nada veo

sino una

plana hoja rellena de palabras,

ahíta del deseo expresivo,

gritando en la oscuridad

de una pesadilla.


Pero siempre amanece

a otro sueño

donde creo

que mis sentimientos hechos verbo

sirven para algo.


Como construir aviones

de papel

que vuelen alto

y caen en picada

hasta el atento ojo del lector.


De El Paso de la Serpiente


1 comentario:

Elizabeth dijo...

Me conmueve tu poesía J G...hermosos versos!!!Tus sentimientos hechos verbo siempre sirven para algo, recuerda, la poesía no es de quién la escribe sino de quién la necesita y a mí me encanta. Gracias!!!