La Lluvia de hoy nos trae algunas reflexiones dispersas, como toda lluvia. Vemos en ella un reverdecer, una esperanza que nos señala la posibilidad cierta de encontrar una aspiración del ser humano, la felicidad. Brevemente, reflexionamos sobre este apasionante tema para abrir sus compuertas a futuras disquisiciones.
En un segundo texto encontramos un relato sobre una invención. Misteriosa como todas las invenciones en su oscuro funcionamiento para quien solo las ve externamente. Una máquina de movimiento perpetuo es esa entelequia aparatosa, extraña a todo uso práctico.
Tres poemas, como siempre, terminan la Lluvia. Llenos de melancolía y reflexiones oscuras como la noche, desean, en contraparte, llevarnos a un punto luminoso donde comprendamos íntegramente el tránsito que hacemos por esta vida.
Que la Lluvia refresque al lector y le sea placentera.
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