sábado, 9 de agosto de 2008
EL RETORNO DE LOS MONSTRUOS FELICES
José Gregorio Bello Porras
Después de una temporada en el infierno, leyendo un libro de Rimbaud, decidieron regresar los monstruos a nuestra ciudad. Nadie se dio cuenta. Parecían comunes habitantes de esta villa.
Tuvieron que rugir y volver a contar sus historias para que los tomaran en cuenta. Ahora animan animalmente fiestas infantiles.
Pronto se dedicarán a la bebida, si continúan esa carrera hacia los bares donde los niños suelen molestarlos con pesadeces desconsideradas.
Vaya ahora una selección mínima, por tamaño y número, de sus historias de horror.
Fotos cortesía de Joshua Hoffine
Salud de hierro
No resiste la primera lluvia.
Humano en el error
Dedica la mitad de su vida a la práctica sistemática de los errores como vía para adquirir el conocimiento. Y la otra parte, a una enmienda de los mismos, bastante equivocada también.
Monstruo doméstico
Convivía con un monstruo interior áspero y violento. Con paciencia lo domesticó, tanto que pronto lo transformó en un prodigio de urbanidad, refinamiento y atención para con las demás personas. Llegó así a hablar varios idiomas, a conocer los mejores restaurantes y a recomendar vinos excelentes. Componía versos afectuosos que recitaba mientras tañía el laúd. Con el tiempo, la gente no se acordó más de su dueño.
Duda melódica
Practica la duda melódica como método para alcanzar la comprensión del mundo. Llega a conclusiones sobre la vida bastante amargas. Aprende del sufrimiento que le ocasiona su desesperado maestro de música.
Medidas para el crecimiento personal
Deciden separarse para tener mayor espacio en su proceso de crecimiento personal. Tal vez, así, algún día lleguen a ser árboles.
Al final del camino
Vive esperanzado porque cree que al final del camino habrá tiempo y espacio para el descanso. Aún no se ha dado cuenta que está transitando un circuito cerrado.
Reencuentros
En sueños se reencuentra con seres perdidos en la distancia de la muerte. Lejos de ser feliz allí, vuelve presuroso a la vigilia, esperando que continúen difuntos, para no volver a vivir la experiencia de sus agonías.
Máquina del tiempo
Inventó una máquina para viajar en el tiempo. Su extraordinaria creación, sin embargo, no le trajo fama alguna. Y más bien bastante olvido y desprestigio. El aparato sólo tenía la facultad de colocar a las personas en un eterno presente.
De carácter bíblico
Su paciencia era la de Job, su sabiduría la de Salomón, su fuerza la de Sansón, su fe la de Abraham, su coraje el de los Macabeos, su encanto el de David, su previsión la de Noé, su confianza la de Daniel, su severidad la de Ezequiel. Casi perfecto, si hubiera superado dos condiciones no venerables: cierto acartonamiento que lo hacía parecer un collage y la polilla que lo atacaba.
Ubicuo
Tiene la capacidad de estar en muchos lugares a la vez. Sin embargo, en todos ellos trata de que nadie lo note.
Ubicuo nuevamente
Posee el don de la ubicuidad. En todos los sitios repite sus errores hasta el infinito.
Despido directo
¡Está despedido! le gritó el dueño del circo a la Bala Humana mientras realizaba su acto.
Perfecto amor
Ella decía que el amor perfecto no exige nada del amado. Y lo sostuvo, aunque paradójicamente, hasta el final. No le pidió a su novio que le ayudara cuando, agarrada a una frágil rama, estaba a punto de caer en su abismo final.
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